Aquella Ley

Nuestros versos te han sellado en libros nuevos, escrito con nuestras venas acaloradas, incendiadas de pronto, en el instante inasible en que emigran nuestros corazones disidentes.

Tus códigos se enuncian en esos labios que pronuncian los neologismos de nuestro idioma, lenguaje caótico como nuestros dos corazones.

Eres el imperativo último, la moral más humana, que recorrerá nuestras sábanas, en el lecho tendido, donde seremos esclavos de nuestras miradas, donde reposa el alma diáfana, los cuerpos cándidos, que respetan fieles, la ley de dos hombres que se aman.

Sentidos

Mis palabras son efimeras,
viento del viento,
mis sentidos son neuronas alcoholizadas,
mis ojos reflejan el fin de lo inexacto,
mi lengua el gusto de lo insaciable,
mis manos desesperación,
mi palabra lo incomprensible,
mi olfato ambrosía,
sinestesía inmunda,
mi amor,
lo inasible.

El principito gay en los umbrales del planeta sin coordenadas

muchacho inventado,
anatomizado,
reciclaje de gestos y alebosías,
tus besos desparramados,
son compactados en una ciencia inmunda,
sexo dicotomizado,
brazos de acero,
atleta perdido,
dios olvidado,
costumbre misógina,
eres la historia del hombre,
construida a vuestra espalda.

Homosexual
ente ficticio,
donde puedo llegar y partir,
porque soy el viento,
cuya dirección oscurece,
la dimensión de lo exacto,
el nido reclamado,
el sexo erecto,
dispuesto en el infinito.

Preludio de lo que llevamos

Vida,
amores virtuales,
escarceos occipitales,
tenues penumbras,
que reflejan el contorno de aquello,
lo perceptible en un segundo,
lo que lo resume todo,
alienación,
que lo precipita todo,
en el olvido más indiferente,
la cicatriz olvidada de lo mas grande,
el ser humano.

Amores

lágrima,
tibieza de mis ojos,
emoción que te zambulles,
en el mar de la vida,
caricia sin fondo,
que se pierde en la memoria,
de un ángel.

lágrima,
que recorres la delicia,
de un amor olvidado,
te camuflas en las gotas,
de un licor desesperado,
ocasionas un mar,
en tempestad de olvidos,
que reaparece,
como una fantasía agónica,
que se arrima a la realidad,
que es esta vida,
una playa de huellas,
que se borran,
la marea,
que es el recipiente,
de las lágrimas de los años,
que reflejan miles de historias,
perdidas en naufragios,
naufragios,
que en fin,
somos la mayoría de nosotros.

2 pasiones pasadas por tinto

Mañana

Decir a las sábanas blancas,
el aroma desteñido de tu partida,
que fulmina en un agónico suspiro,
tu nombre afónico.

Los gemidos en ecos sempiternos,
se acaloran en el paño,
las miradas diáfanas,
se pierden en la memoria.

El último suspiro,
es la tonada inasible,
donde no llegan los sentidos,
que se pierden en el tiempo innombrable,
como tu persona,
que tiene mil nombres.




Hombres

Los sexos tienen un nombre,
la diferencia es sutil,
las miradas se posan,
empavonadas,
asfixiadas,
el calor desgarra mantos y poemas eternos,
el sudor es ambrosia de dioses,
somos un solo ser,
que se diferencia,
en nuestros ojos.