...sus fatigados ojos se abrieron saludando el alba de un mundo nuevo...

Más de alguna mente brillante ha producido caos y ataques de asma a la sociedad que la acuna.
Mentes de ideas revoltosas, indomitas, insolentes, que traen consigo nuevas consignas, reinvenciones, alquimias sin conocer y palabras nuevas al mundo.
"Locos", "Inmorales y "Antisociales" son algunos de los epítetos con los cuales el vulgo los califica.
Sus conductas desajustadas producen rechazo inmediato, miradas adustas y los peores castigos.
Rimbaud, el "infant terrible", "el poeta maldito" es quizás uno de los personajes más representativos de esta cepa de hombres brillantes.
Poeta de genio excepcionalmente precoz supo articular maravillosamente lo que puede significar vivir en la nada.
Presento una "nota de su vida" tomada del prólogo del libro "Prosas Principales" , de la Editorial Sayugo:
"Rimbaud fue un poeta excepcionalmente precoz, lo que se refleja en sus años de colegio, cuando unprofesor le introdujo en la literatura contemporánea. Nacido en Charleville (1854-1891) puede decirse que a los veinte años ya había escrito toda su obra. Sus primeras poesías, aparecidas en la Revue pour Tous en 1870, muestran un genio verbal levemente irónico y consciente de sí mismo. Su poesía es una exacta interpretación de sus estados de ánimo. Educado en un ambiente religioso, exteriorizó su rebeldía fugándose ya en 1870 a París y Bruselas. Simultáneamente con la literatura estudió a los socialistas franceses y en sus composiciones de 1871 figuran referencias a Saint-Just y reproches a Napoleón, <
Entusiasmado por el París insurrecto de la Comuna (1871) redactó un Projet de constitution communiste, perdido posteriormente, e inició una etapa poética de desprecio de las convenciones y de estilo exaltado y satírico contra los poetas del Parnasse.
Frecuentó los ambientes literarios de París y su tormentosa relación con Verlaine contribuyó a crear su leyenda de <
Los requisitos de la prosa en la obra de Rimbaud son los de la intencionalidad expresa, la exigencia de unidad orgánica e cuanto a obra acabada y el distintivo de la brevedad, o sea, sin desarrollos demasiado explicativos. Rimbaud parecía replegado en un dulce fataliso, del que son expresión fehaciente las poesías de la primavera de 1872. Por esas fechas prepara una nueva salida hacia la aventura, lo que se materializa a mediados de 1872.
En julio, Verlaine y Rimbaud salen de París, dirigiéndose primero a Arras y posteriormente a Charleville. Poco después llega a Bruselas. El 7 de septiembre embarcan en Ostende hacia Douvres. A finales de noviembre, Rimbaud, que se siente desgraciado, decide regresar a Charleville, en tanto que Verlaine se queda en Londres. Días después Verlaine enferma y su esposa le informa a Rimbaud del estado de su amigo e incluso le envía dinero para el viaje. De enero a marzo, Rimbaud y Verlaine viven en Londres. Después de una pelea, Verlaine embarca para Ostende, hasta que finalmente, Rimbaud vuelve a reunirse con Verlaine en Bruselas. Cinco semanas después Verlaine huye. Es el episodio culminante tras el episodio del tiro del revólver disparado en una habitación de un hotel, en Bruselas, que hiere a Rimbaud en una mano. Rimbaud terminó en el hospital y Verlaine fue condenado a dos años de cárcel. Así termina tan lamentable aventura y Rimbaud se encuentra solo y desengañado.
A partir de ese momento Rimbaud inició una forma de vida extrañamente deducible de su concepción interior de mundo. Lleno de deudas marchó a Italia, y cruzó el San Gotardo a pie hasta Milán. Alistado posteriormente en la Legión extranjera holandesa, su unidad se desplazó a Java y después a Batavia. Poco después desertó y entre muchos viajes a países exóticos, practicó el comercio del café y de las armas en África. Pasó unas semanas de descanso en El Cairo.
A la sazón era un hombre rico. En 1891 empezó a dolerle una pierna y fue trasportado a Zeilah desde donde embarcó para Aden. Regresó enfermo a Francia y murió, confortado con los auxilios espirituales de la religión católica, el 10 de noviembre de dicho año, corroído por el cáncer tras habérsele amputado una pierna.
En una carta a P. Demeny, el 15 de mayo de 1871, formuló las bases de su aventura poética: ruptura con toda conexión tradicional y necesidad para el poeta de asumir hasta el absoluto todas las posibilidades humanas. La identificación entre la búsqueda de un nuevo universo y su aventura personal se patentiza en Una saison en enfer (1873) (Una temporada en el infierno), libro de poemas en prosa, donde radicaliza lo que Baudelaire en Le spleen sólo había iniciado. La obra, que Rimbaud dejó despreocupadamente en el almacén de una imprenta, muestra una gran coherencia estructural entre los elementos temáticos- incorfomismo social, moral y religioso y apología de una nueva libertad- y los elementos líricos- ruptura con la metáfora convencional y recurso a un surrealismo mítico-. Considerado en su conjunto, las distintas partes de Una temporada en el Infierno son la patética descripción del drama que <
Vencida la noche en que vivió sumergido durante su extraña relación con Verlaine, sus fatigados ojos se abrieron, saludando el alborear de un mundo nuevo. Probablemente coincidiendo con los poemas finales de Une saison en enfer, compuso Iluminations (1874-75) (Iluminaciones), que continúa la misma profética exploración interior, ilustradora del desesperado contraste entre los intentos de cambiar su vida y la absurda oposición al universo establecido. Su método expresivo discurre sabiamente en los límites de la alucinación y el delirio, dominados por una inédita alquimia verbal y un fabuloso virtuosismo plástico, lo que se puede apreciar también en sus Obras diversas, entre las que destacan <
"Cuando somos muy fuertes-¿quién retrocede?, muy alegres-,¿quién cae en el ridículo?. Cuando somos muy malos- ¿qué será de nosotros?.
Acicalaos, bailad, reíd. Jamás podré tirar el amor por la ventana."
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