domingo, julio 02, 2006

Melancolía

Declaraciones de amor, amenazas de muerte y un sin fin de garabatos se pueden leer fácilmente (algunas con dificultad) en la mesa roida de este bar de mala muerte.
Acompañando la decoración está un cenicero, sucio, que alberga las colillas agónicas que mi vicio a dejado sin nombre y una vela que muere en su último vals.
Una voz desafinada se escucha en el fondo, no hay telón ni iluminaciones que ofrezcan un bello contraste, no alcanza ni vale la pena tampoco algo más elaborado.
El suelo manchado y sucio conforma continentes, unos grandes, otros pequeños, islas sin nombre y mares áridos de barcos abandonados.
Las paredes son periodistas de noticias de antaño,dibujos de Pepo, panfletos anarquistas y fotos de Allende.
La barra vacía, empatiza con mi alma.
De repente apareces entre el licor, bailando entre 4o grados, tapándote la nariz, haciéndo una señal coqueta con tu otra mano y te sumerges en el licor. Te bebo desesperado, de un sorbo, pierdo la conciencia.
Sólo soy una pieza más de este sucucho que se ahoga en su propio llanto.