lunes, junio 05, 2006

Marcha

El cielo se torna amenazante durante las primeras horas del día, la vista fija en esas nubes airadas e impacientes por descargar su "líbido" contenida en otras estaciones, nos avisan que el clima no será nuestro fiel compañero.
Los compañeros van de un lado hacia otro, afinando detalles, aspirando los suaves vapores de aquella taza de té club acompañada de una hallulla del santa isabel. Se preparan los gritos de siempre, Camilo Sesto se escucha en la vieja radio , Se recibe a los profesores ,aquellos cuya conciencia no se ha corrompido a lo largo de los años. Se desea la suerte, alquimia de la esperanza compartida y se toman los lienzos:

"Reforma Constitucional, Lucha Nacional!"
Consignas contenidas que quieren ser oídas mediante gritos briosos emanados de sentimientos juveniles, revolucionarios, inconformes de tanta mierda, camuflada de un discurso prometedor, se bañan de letras pintadas bajo colores chillones que resaltan entre los tonos grisaceos de los adoquines.
Partimos, la escuela de Psicología queda atrás.
Nuetros primeros pasos se ven adornados por las primeras gotas de lluvia, aquellas tímidas mensajeras que no saben si desvanecerse con el viento, o formar una tempestad.
La plaza Sotomayor nos recibe. Son miles...secundarios de todos los colegios, Universidad Católica, UPLA, nuestra Valparaíso, algunas privadas para sorpresa de algunos,estudiantes de todas las carreras, futuros médicos, odontologos, ingenieros, abogados y artistas. Es una fiesta!

Larga es la espera, que se calienta con los gritos, unos de esperanza, otros de repudio, otros que hacen bailar. Mis zapatillas son un canal, sus agujeros me juegan una mala pasada..

Avanzamos...
La marcha cobra vida. El movimiento estudiantil es un coloso, titán mitológico que retumba las calles del querido Valparaíso. La gente curiosa nos adorna de papel picado que cae revoltoso desde los viejos balcones.
El congreso es nuestro destino, nos espera sereno,nuestra llegada es inevitable, nuestras demandas impostergables, nuestra voz escuchada, una carta entregada, y la meta cumplida.

Esmeralda, Condell, Pedro Montt, sus paredes son testigos de la voz del pueblo, de los estudiantes cansados del sistema y de esta maravillosa marcha, que acabó en júbilo y con aires renovadores, de una esperanza que compartimos en común, que es el resucitar de nuestra educación, cuna de los grandes hombres, saber mágico que transforma los corazones!