miércoles, diciembre 13, 2006

La muerte de un asesino



Al parecer la historia se llevó al dictador con la mayor hipocresía posible, con una sonrisa sarcástica que le refregó en la cara toda la responsabilidad que tiene este genocida por los D.D.H.H.
Y bueno el 10 de Diciembre es aquel día, el de los D.D.H.H., lo que tú nunca supiste apreciar, los que tú barriste imponente a punta de lanza y fusil, imponiéndo un sistema de mierda, porque digámoslo con todas sus letras, el capitalismo es una mierda.

Implantaste aquel sistema, el de las mayores diferencias, el enajenador, tú y la derecha se negaron a ese cambio tremendo que iba a ser el socialismo, mataron a ese noble hombre y el crimen lo hicieron pasar por suicidio.

Dictador, Genocida, Ladrón, Sinverguenza; esos son tus mayores epítetos, tus más característicos, el rótulo que tendras allí abajo, en el infierno, donde Hitler te abrá recibido con champaña, y de brazos abiertos.

No se le puede dar día de duelo nacional, a una persona de tales características, no se puede sino aborrecerlo, y celebrar esta muerte con bombo y platillos.
Porque lo siento, no soy cristiano, y no me interesa perdonar ni darle un lugar en el cielo a personas como tú.
Que las cuicas sin mente te sigan llorando, te sigan recordando, te sigan alabando por destruirles la vida (aunque ellas no lo sepan), yo y muchos otros te aborrecimos y te sepultamos para siempre.